Especial condesa Bathory 2 / La leyenda

Dicen que siempre le obsesionó su belleza y la juventud.

Dicen que una vez, se burlo de una vieja decrépita y ésta le dijo que ella tambien llegaria a ese estado.

Desde la muerte de su esposo, empezó su carrera sanguinaria, hasta su captura.

"Mando a destruir todos los espejos, los únicos verdaderos testigos de su vida, la de mujer, para que éstos nunca devolvieran el reflejo de su envejecimiento"

Todos mencionan el incidente de la bofetada propinada a una sirvienta de cámara, por peinarle bruscamente, como el inicio del final.

El aparente rejuvenecimiento de la sangre salpicada por la joven, hizo que nuestra Condesa, se obsesionara con este método para mantener su lozania.

Con el paso del tiempo, aumentaban las víctimas, asi como las sostificados metodos de tortura.

Ficzko, Darvulia, Dorka, Helena Jo, Dorottya,Piroska; solo por nombrar algunos del cruel séquito de secundarla en la "busqueda de la juventud lozana"

Era comun castigar a los criados y sirvientes. Por las noches, alrededor del castillo Cachtice, los lugareños cuentan haber escuchado los gritos desgarradores de las víctimas, pero no levantaban sospechas.

Buscaba maneras sadicas de tortura. "Carbones, hierros y velas eran introducidos en los genitales de las muchachas por pura diversion." esto excitaba mucho a la Condesa.

Y tambien generalizó la practica de beber sangre directamente de las víctimas mediante mordiscos en los hombros, mejillas y pechos. para eso se ayudaba en la fuerza de Dorottya para inmovilizarlas.

Mas de una vez,Erzebeth Bathory mantenia relaciones carnales bisexuales con sus sirvientes.

Su gran error, fue ante la escasez de servicio domestico (las jovenes pertenecian a la plebe que habitaba en sus amplios dominios) acojer a niñas y jovenes de la nobleza, para darles educación

Error que le costo el aislamiento y la posterior muerte.

"...Dicen que he matado a muchachas inocentes. ¿Lo hice? Las he castigado por su falta de atención, por su estupidez, por bajar siempre los ojos ante todos y ante todo. Yo no las maté; su resignación y su terquedad se llevaron lo que había de vida en ellas..."

Fragmento de la última carta que escribió Erzebeth Bathory a su amigo Andrei de Kereshtur, siete dias antes de fallecer.